Empleados públicos movilizados chantajean a quienes le pagamos su sueldo, los contribuyentes de Chile.
Su sueldo proviene principalmente de nuestros ingresos, de los ingresos del sector privado, que es el más perjudicado con la actual crisis. Los públicos, tienen su pega asegurada.
Así que pretender un reajuste por sobre el IPC proyectado parece a todas luces un despropósito.
Lo más lamentable es como los políticos y los medios de comunicación se quedan callados ante esta medida de fuerza, porque pareciera poco redituable decir las cosas como son y enemistarse con lectores y votos.
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