Me parece que la Presidenta Bachelet tiene la oportunidad de revertir su mala imagen, en cuanto a la debilidad manifestada ante la presión social (caso estudiantes), con el caso puente Chacao.
No tiene gracia retar a los ministros o cambiarlos; la autoridad se ejerce con acciones que pueden ser impopulares, pero que con una mirada de más largo plazo es la mejor para el país en su conjunto.
Si todos los análisis técnicos indican que el puente no tiene rentabilidad social, me parece correcto el perseverar en el rechazo a su construcción, pese a que el populismo de algunos partidos y parlamentarios remen en sentido contrario, esgrimiendo el manoseado eslogan regionalista.
Y es claro, incluso para un lego, que no es rentable, ya que el valor que se desembolsa no es proporcional al beneficio que obtendría Chiloé. Con menos plata se puede hacer mucho más por la isla.
Esta provincia se ha desarrollado con la salmonicultura, pese a la falta de puente. Es más, de llegar éste, los fletes y los productos serán más caros para los chilotes, por el mayor costo del peaje, versus los transbordadores.
Me parece que los más beneficiados son las personas de clase media-alta, para quienes el perder 30 o 45 minutos resulta en un mayor perjuicio económico.
La única queja entendible es que esa mayor demora puede traducirse en problemas de salud, cuando las ambulancias deben venir a Puerto Montt. Pues bien, hay que buscar la solución por ese lado y no despilfarrar el dinero, como algunos, con el afán de tener los votos asegurados para su próxima elección, pregonan.
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