Me parece que prohibir legalmente que menores de 14 años puedan tener relaciones sexuales libremente consentidas y, de paso, modificar el tipo penal de la violación, para que ahora se considere que la hay cuando una persona menor de 14 años tiene relaciones sexuales voluntarias, es una soberana estupidez e ignorancia respecto de la vida. Es a esto lo que se pretende llegar cuando se aumenta la edad del consentimiento para tener relaciones sexuales de 12 a 14 años.
Lamentablemente, siempre existirán sicólogos o médicos afiebradamente conservadores, teóricos y ajenos a la realidad, en los cuales nuestros queridos legisladores se apoyen para justificarse; sin embargo, no hacen un análisis muy aterrizado, porque basta pensar que ahora una persona que cursa primero o segundo medio no podrá tener relaciones sexuales con personas de su edad o con un par de años más, so pena de considerarse que hay violación, lo que significa que los jóvenes podrían ir a la cárcel hasta por 20 años; esto es antinatural y anacrónico. Nos estamos pareciendo a la cultura talibana poco a poco.
Si lo que se desea es evitar la precocidad en los menores, la vía de penalizarlos aparece como la más brutal, porque equivale a hacer entrar a un elefante en la cristalería, en circunstancias de que lo que se requiere es más y mejor educación sexual y apoyo familiar.
A estos extremos se llega cuando los parlamentarios legislan tratando de congraciarse con la galería.
Entendemos, en todo caso, que las referidas actuaciones están viciadas y pueden ser anuladas. En efecto, los parlamentarios actuaron presionados, ya que existe sobre ellos un manto de duda de ser "pedófilos", y para no hacer recaer sospechas extras sobre cada uno, la opción de ser él más duro y conservador era la única.