Aparentemente el senador Pinochet sigue rigiendo la política exterior de Chile. Cualquier ciudadano advertirá que el Gobierno de Chile, sin respaldo de su población, se ha empecinado en una causa perdida de antemano.
Lo penoso es que se llegue a extremos ridículos, como lo son el desahuciar Tratados y no asistir a reuniones internacionales. Recordemos que tras la resolución de Straw, Frei y su Canciller se manifestaron conformes, pues se respetaron los principios de soberanía y territorialidad, esgrimidos por el Gobierno. Lo que quedaba vigente era lo que contemplaba el Convenio sobre la Tortura, firmado por Chile e incorporado a la legislación interna, al tenor de lo previsto en el art. 5 de la Constitución.
Siendo así las cosas, no entendemos esta insistencia en la defensa de Pinochet, cuando ya no hay principios jurídicos en juego.